Los jóvenes de Castilla-La Mancha duermen menos de siete horas de media al día, según indica el último informe sobre los hábitos y la prevalencia del sueño que ha desarrollado Mapfre.
A pesar de que las condiciones de la región para conciliar el sueño son «óptimas», llegando a ser una de las comunidades autónomas con mejores características en este ámbito, el entorno seguro, oscuro, silencioso y cómodo para dormir no es suficiente para alcanzar las ocho horas diarias recomendadas por los expertos. Así, al menos, lo consideran nueve de cada diez jóvenes castellano-manchegos.
Consecuencias del insomnio. Dormir mal o poco puede conllevar sufrir alguna patología relacionada con el insomnio. Ocho de cada diez de los encuestados en Castilla-La Mancha destacan tener alguna sintomatología relacionada con la falta de sueño, un 46% indicó tener dificultad para iniciar el descanso, el 36% informó despertarse en mitad de la noche y un 47% suele despertarse más temprano de lo deseado.
En el otro lado de la balanza se encuentran aquellos que señalan que duermen correctamente y no sufrin ninguna de las anteriores sintomatologías relacionadas con el insomnio, sólo un 16,5%. Las principales consecuencias de dormir poco o mal durante la noche implican que los jóvenes muestren cansancio o fatiga (54%), dolor de cabeza (40%), mal humor o irritabilidad (34%), problemas de memoria (30%), problemas de motivación (29%) o falta de rendimiento académico/laboral (26%), entre otros.
Hábitos perjudiciales. A todo ello, se suman una serie de malos hábitos que provocan una menor capacidad de conciliar el sueño. Entre ellos, destaca el del consumo de bebidas energéticas, siendo los jóvenes de Castilla-La Mancha los segundos habitantes de España que más litros ingieren.
Más de un tercio de los jóvenes admite tomar estas bebidas frecuentemente, un 15% casi a diario. Entre las sustancias para conciliar el sueño, sin receta médica, destaca la melatonina (cerca del 20%) entre los más jóvenes (entre los 18 y 23 años). Además, los fármacos hipnóticos, con receta, son los más frecuentes entre los hombres jóvenes (un 10% así lo señalan) y suelen consumir una dosis de media a la semana.
De hecho, el aumento del consumo de fármacos sin prescripción médica aumentó un 8% en 2023. Según el VI Estudio de Salud y Bienestar de AEGON, el 34,9% de la población se ha automedicado en los últimos doce meses en alguna ocasión.
En el 61% de los casos, la cama es utilizada para otras actividades diferentes de dormir o mantener relaciones sexuales, entre las que destacan leer, estudiar, comer o charlar. El empleo de dispostivos electrónicos es muy frecuente entre los jóvenes, un 83% de los encuestados admite utilizarlos unos 48 minutos de media en la cama justo antes de dormirse, una práctica que desaconsejan los expertos.