Un amor bajo la amenaza de la Yakuza

Leticia Ortiz (SPC)
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Yves de Villegas debuta en la narrativa con una novela oscura, pero llena de erotismo y seducción en la enigmática atmósfera japonesa

El escritor santanderino se enamoró de la cultura asiática gracias a su profesión como ingeniero de caminos.

Japón está de moda. Películas, series y hasta videojuegos se han dejado seducir en los últimos tiempos por el enigmático, pero a la vez cautivador país nipón, «polo opuesto» de España. Aunque a Yves de Villegas la atracción por la cultura asiática en general -se considera un enamorado de Vietnam, por ejemplo- le viene de muy atrás, de sus años en el comercio internacional. Como ingeniero agrónomo vivió más de seis años empapándose de las tradiciones y costumbres de distintos países asiáticos, pero también de su día a día. Ese que es casi «incomprensible» para los occidentales.

A pesar de tener una profesión tan alejada, a priori, de las letras, el santanderino recuerda que la literatura le acompaña desde que tiene uso de razón, aunque nunca se había atrevido a dar el salto a la narrativa para adultos. Sin embargo, ver el éxito «en casa», le convenció de que debía, al menos, intentarlo; de que ese sueño de ser el autor de una novela se podía hacer realidad. Con ese «en casa», De Villegas se refiere a Susana Isern, su esposa, que cuenta en su bibliografía con más de 100 libros infantiles y juveniles que han sido traducidos a 34 idiomas y han seducido a más de un millón y medio de pequeños lectores. Como anécdota cuenta el autor que sus citas de novios «no eran de tarde de cine», sino que ambos se compraban «cuadernos de esos de anillas» e iban a una cafetería a escribir. Un amor lleno de letras.

Y precisamente el amor es el hilo conductor de La salamandra desnuda (NdeNovela). «Es una historia de amor», asegura el autor, aunque el lector que penetre en este debut literario se va a encontrar con un thriller vertiginoso envuelto en la siempre enigmática y atrayente atmósfera de Japón, que se convierte en un personaje más de la novela, con sus ideales de amor, familia, honor y sociedad. «De todas las culturas con las que he trabajado, Japón es la que menos entiendes a la gente. Tienen mil capas de cebolla e incluso, pese a que estés casado con una persona de allí, estoy convencido de que nunca entenderás por completo el entramado de sus costumbres y comportamientos», señala De Villegas.

Pasión desatada

La historia de La salamandra desnuda es la de Alice, una mujer occidental que quiere abandonar Japón para regresar a Escocia. Pero todo cambia cuando conoce a Yuriko en un sento (un clásico baño público del país nipón separado por sexos) del hotel cápsula en el que se aloja. Aunque los tatuajes de su cuerpo no presagian nada bueno, ya que son un símbolo tradicional de la Yakuza, la mafia nipona, Alice se deja llevar por la atracción y la pasión desde ese primer encuentro en el que las miradas y un pequeño roce bajo el agua bastan para desatar la conexión entre ambas.

A partir de ahí arranca un camino tan peligroso como exótico, donde la muerte acecha a cada paso de una historia de amor y pasión que sin estar mal vista, tampoco es bendecida por una sociedad tradicional en la que «quien se sale de la normalidad, no gusta. El que se sale de la gris homogeneidad de la sociedad no está bien considerado, pero no por una cuestión de homofobia en este caso, sino por las diferencias sociales». El honor y el amor libre lucharán por imponerse a los delitos más crueles.

A pesar del peligro, que te mantienen en tensión a lo largo de la novela con el convencimiento de que algo malo puede pasar en cualquier momento, el conocimiento del autor sobre Japón, así como su manera de narrarlo, provocan que el lector se enamore de un país y de sus tradiciones sin conocerlo.