Carlos Velázquez afronta su primera Semana Santa como alcalde de Toledo. Estas fechas siempre son especiales para él, como toledano y creyente, pero sin duda vivirá estos días con especial pasión y entrega. Casi la misma con la que, con apenas 8 años, participó por primera vez en los cortejos procesionales como miembro de la banda municipal de música. Muchos recuerdos de un auténtico especialista de la Semana Santa de Toledo.
¿Qué es para usted la Semana Santa?
Es un tiempo de escucha y conversión para orar, para reflexionar. También es un momento de espera y de esperanza, para reencontrarse y volver a empezar con ilusiones renovadas. La Semana Santa es el centro de la vida del cristiano y nos diferencia del resto de religiones monoteístas.
Y precisamente cuando esa fe se encarna en cultura, podemos disfrutar de la religiosidad popular que se hace única en nuestra ciudad.
¿Cuál es su primer recuerdo de la Semana Santa de Toledo?
Siempre he vivido estos días con mucha intensidad y tengo recuerdos muy bonitos de la Semana Santa, porque esta ciudad sigue siendo el mejor lugar para centrarnos en lo esencial.
Además he tenido la suerte de vivirla muchas veces desde dentro. Lo primero que se me viene a la cabeza, es mi primera participación en la Semana Santa de Toledo, fue con la banda de música en las procesiones del Jueves y Viernes Santo, con unos 8 años.
Todos tenemos predilección por alguna hermandad o procesión, ¿cuál es la favorita de Carlos Velázquez?
Todas ellas cumplen una función imprescindible para dar sentido a la Semana Santa y a esa catequesis en la calle; desde las más tradicionales, las más arraigadas en la ciudad, a las cofradías más jóvenes, de reciente creación. Son casi 6.000 cofrades los que convierten nuestra Semana Santa en algo que va mucho más allá de una mera sucesión de procesiones y eventos religiosos y que además, realizan una gran labor durante todo el año.
Tratando con alguien que no haya vivido nunca la Semana Santa de Toledo, ¿cómo se la describiría?
Auténtica, verdadera, espiritual, emocionante, inspiradora y en el mejor marco posible: Toledo.
Usted, en cuestión de Semana Santa, ¿prefiere la sobriedad castellana o el colorido andaluz?
Reconozco que me encanta la Semana Santa de Sevilla, pero no más que la nuestra. El Miércoles Santo en Toledo es único e insuperable en el que se unen humildad y redención; la austeridad, el silencio y el recogimiento del Redentor y el canto del miserere por los cobertizos, con la fuerza y el colorido de la Humildad.
Es una fiesta de Interés Turístico Internacional, ¿qué ocupación espera para este año?
Las previsiones son muy buenas y además coincide con el décimo aniversario de esa declaración de Interés Turístico Internacional. Siguiendo la estela de visitantes de Navidad y de otros puentes, creemos que en los días centrales de la Semana Santa se rozará el 100% de ocupación hotelera.
¿Le gustaría extender en el futuro las procesiones a otros barrios que no sean el Casco Histórico?
Tenemos algún ejemplo como el traslado del Cristo de la Vega a la Catedral desde su Basílica, o el encuentro este Sábado de Pasión, tras ocho años sin celebrarse, entre Nuestro Padre Jesús Nazareno y María Santísima de los Dolores, que cuenta con una nueva imagen de la Virgen y que tendrá lugar en el Patio de Armas de la Puerta de Bisagra. Pero es cierto, que nuestro patrimonio material y conventual en el que aguardan muchas de las tallas para su salida a las calles, constituyen el encuadre perfecto para vivir y sentir la Semana Santa en todo su esplendor, en una ciudad que es la capital espiritual de España.
¿Qué encaje tiene la Semana Santa de Toledo en la candidatura a Capital Europea de la Cultura?
Tiene un encaje perfecto y será una de nuestras fortalezas, al igual que el octavo centenario de la Catedral Primada. La Semana Santa forma parte de la cultura, de la historia de nuestra ciudad y de sus raíces. Ya hemos conseguido a nivel turístico la declaración más importante, pero es verdad que podemos seguir haciéndola más grande y apoyándonos en lo esencial.
¿Cree que hace falta atraer a la gente joven a las cofradías o ve suficiente arraigo en ellas?
Sin duda, los jóvenes han de ser igual de protagonistas para las hermandades que en el resto de expresiones culturales. De ellos es el futuro y de ellos dependerá que nuestra Semana Santa sea cada vez mejor.