El presidente del CGPJ, Vicente Guilarte, ha cargado duramente contra la amnistía porque "no puede ser moneda de cambio de la consecución de una mayoría parlamentaria para la investidura" pues "implica convertir la medida de gracia, por definición unilateral y gratuita, en algo bilateral y oneroso".
Guilarte ha justificado así su voto en blanco en el Pleno del Consejo que el pasado jueves aprobó un duro informe contra la ley de amnistía, auspiciado por el sector conservador y rechazado en bloque por los vocales progresistas, que tilda la norma de "inconstitucional" y avisa que quiebra la separación de poderes.
El CGPJ adelantó el pasado jueves los principales argumentos del voto en blanco de su presidente, si bien este lunes ha hecho público el escrito de Guilarte al respecto.
En un tono duro, considera que la amnistía trae causa real de un "pacto político" previo alcanzado entre PSOE y Junts que "si se analiza con una perspectiva civil difícilmente superaría los criterios de validez y licitud exigidos por el artículo 1.276 del Código Civil".
Dicho artículo dice que "la expresión de una causa falsa en los contratos dará lugar a la nulidad, si no se probase que estaban fundados en otra verdadera y lícita".
Al respecto, Guilarte llama la atención ante "el sorprendente silencio de la faraónica Exposición de Motivos sobre el precedente contractual que sin duda causaliza decisivamente" la amnistía.
Para él, "el debate sobre la eventual constitucionalidad" de la ley queda "un tanto desvirtuado" desde el momento en que se toma como pauta básica de su valoración la justificación que recoge la Exposición de Motivos: "el interés general" por medio de "la pacificación política y convivencial de Cataluña".
Una finalidad, continúa, "que sin embargo nunca fue esbozada previamente en el programa electoral" del PSOE.
Porque "a diferencia de cuantas leyes de amnistía hemos conocido, la que nos ocupa no es una mera medida de gracia otorgada unilateralmente por el Poder Legislativo sino que tiene contrapartidas políticas de gran relevancia a cargo de los amnistiables".
"La amnistía no puede ser sinalagmática moneda de cambio de la consecución de una mayoría parlamentaria para la investidura pues implica convertir la medida de gracia, por definición unilateral y gratuita, en algo bilateral y oneroso", dice el presidente.