La apariencia de abandono se había apoderado de la fuente de los cinco caños, un manantial singular a las afueras del núcleo urbano de Dosbarrios. Ahora, el Ayuntamiento ha ordenado a los integrantes del Plan de Empleo la limpieza de esta construcción atribuida a Juan de Herrero o a alguno de sus discípulos. «Perfectamente comparable a su hermana mayor la Fuente Grande de la cercana localidad de Ocaña», sostiene el Consistorio.
Los vecinos de este municipio de la Mesa de Ocaña de más de 2.000 empadronados frecuentan ahora este fuente histórica localizada en una hondonada en el valle de Cardancho. «Va todo el mundo», afirma la concejal Teresa de Jesús Carpintero, quien señaló que hasta ahora este elemento patrimonial estaba descuidado.
Teresa ha difundido las fotografías y un vídeo del elemento para atraer la atención de los vecinos. Los orígenes de la fuente son humildes, pero su factura resulta interesante. La construcción se debió como servicio de abrevadero necesario para el ganado y los animales de carga utilizado en las tareas agrícolas. Asimismo, las mujeres usaban el manantial para la colada diaria con jabón natural. Los matojos y los juncos servían como tenderero para los vecinos de Dosbarrios.
La fuente salvada del olvido en Dosbarrios«Se desconoce si fue este manantial el punto de conflicto que mantuvo enfrentadas a las dos colonias primitivas de las que nace el nombre de la localidad, aunque todo hace pensar que, dados los numerosos manantiales naturales de los que se alimenta el Arroyo de la Madre que cruza el precioso Valle de Cardancho, no sea esta la fuente de litigio, sino que encuentre un poco más al este, en la Fuente Vieja, que por su situación y toponimia, cae más en sintonía en esta leyenda», detalla el Consistorio de la Mesa de Ocaña.
El topónimo de Dosbarrios se debe, según la leyenda, a que nació como dos pueblos separados, uno cristiano y otro musulmán. Por ello, el escudo de este pueblo presenta la luna islámica. Los hermanos Riquer reconstruyen los poblados hacia 1230; entonces, envían una misiva al rey Enrique I de Castilla, en la que informan de que «poblamos Duos Barrios». En las pocas menciones oficiales posteriores hacia esta población, siempre vuelve a ser denominada 'Dosbarrios' o 'Dos Barrios'.
« Este emblemático lugar es más que piedra, es un legado invaluable de nuestros antepasados, una ventana al pasado que nos conecta con nuestro patrimonio», apunta el Consistorio sobre la fuente. Y apostilla: «Ahora es nuestra responsabilidad cuidar y proteger este monumento para las generaciones futuras, es por ello que instamos a todos los vecinos a ser conscientes de la importancia de mantener este espacio limpio y en buen estado. Cada pequeño esfuerzo cuenta en la conservación de nuestra historia y patrimonio».
La construcción de la Fuente Grande de Ocaña comenzó en 1573 y finalizó en 1578, atribuida también al arquitecto español Juan de Herrera. Tiene forma rectangular y está distribuida en dos zonas: la fuente propiamente dicha y los lavaderos. El frente alcanza los 62 por 55 metros, con una amplia galería de piedra cubierta, austera y refinada ornamentada por 20 pilastras de orden toscano de sillería, que conforman otros tantos arcos adintelados.
La fuente de Dosbarrios es más modesta, pero la mampostería hace recordar a la Fuente Grande de Ocaña, cuyo Ayuntamiento rematará durante este 2024 la restauración tras una inversión de 800.000 euros.