jmonroy@diariolatribuna.com
La conferencia no podía ser más oportuna. La crisis de los refugiados y los atentados en París están ocultando la catástrofe humanitaria que ha vivido el campamento de refugiados saharauis en el desierto argelino del Tinduf, con importantes inundaciones. En ese entorno, la Asociación de Amigos del Pueblo Saharaui de Toledo y el Observatorio de los derechos humanos para el Sahara Occidental de Castilla La Mancha organizaron ayer en la Biblioteca regional una serie de conferencias que bajo el título ‘El Sahara Occidental, responsabilidad de los países involucrados en el conflicto’, estudió el pasado, presente y futuro de este pueblo desplazado de su tierra y las responsabilidades de países como España, Francia y Marruecos en su situación.
En estos momentos, explicó Ana Garrido, los campamentos del Tinduf se encuentran «recuperándose». Han pasado, advirtió la presidente de la Asociación de Amigos del Pueblo Saharaui de Toledo, «una temporada malísima, pero poco a poco están volviendo a la normalidad, gracias al propio esfuerzo suyo y al de otros países y el movimiento solidario, que estamos mandando todo tipo de ayuda a los campamentos».
La periodista saharaui Ebbaba Hameida abrió el ciclo explicando la violación de los Derechos Humanos no sólo en los territorios ocupados, sino también en Argelia. Aunque los saharauis viven divididos entre los campamentos de refugiados y los territorios ocupados, todos sufren un denominador común, como es la usurpación de su derecho a la autodeterminación. «Se le ha privado al pueblo saharaui ir a las urnas y decidir por sí mismos qué es lo que quieren ser, algo que es un derecho inalienable, un derecho natural recogido en todas las castas de las Naciones Unidas y del derecho internacional», explicó. En ese sentido, Hameida responsabilizó a España en primer lugar. Pero aún hay más. Porque a raíz de esta violación de su derecho de autodeterminación, «asistimos a una serie de violaciones de los Derechos Humanos de los saharauis». Así, aquello que se asientan en las zonas ocupadas por Marruecos, «viven en una situación de Derechos Humanos inexistentes, se puede decir, no existen derechos humanos, hay una aniquilación de la identidad saharaui, una prohibición del derecho a manifestarse y a la propia identidad, por el propio hecho de ser saharauis». Por otro lado, aquellos que viven en los campamentos de refugiados «sufren ya de por sí una violación de derechos humanos por vivir en un territorio que no suyo, en una tierra prestada, en aquellas condiciones tan inhóspitas, en uno de los lugares más inhóspitos del planeta, donde nos encontramos con una tasa de paro brutal, donde los jóvenes no tienen futuro, en unos campamentos provisionales a la espera de volver a nuestra tierra». Durante su conferencia, Hameida llegó a acusar a Marruecos de intentar en su día practicar un genocidio con el pueblo saharaui. Advirtió que los actores responsables de esta situación son Francia, España, Marruecos y la comunidad internacional en general, que han mostrado su incompetencia al no saber resolver un conflicto así.
Atentados. Manuel Ollé, abogado, lleva el caso de los crímenes contra el pueblo saharaui en la Audiencia Nacional, explicó su experiencia. Finalmente, Javier Ruiz, abogado y presidente del Observatorio de los Derechos Humanos de Castilla-La Mancha para el Sahara Occidental, abordó la responsabilidad de las organizaciones internacionales y países. Tras hacer una relación de hechos y estudiar la legislación internacional, llegó a la conclusión de que son diversos los protagonistas con responsabilidades en el conflicto. De esta manera, España, como potencia administradora, y de acuerdo a todas las resoluciones de Naciones Unidas, «España debería actuar de una manera más activa en favor de la celebración del referéndum de autodeterminación». A su juicio, la fuerza más importante que tienen los saharauis contra un país como Marruecos «es la fuerza más importante, que es la fuerza del derecho». En 1991, recordó Ruiz, bajo los auspicios de la ONU se firmó un acuerdo de paz y hubo un compromiso firme por parte de Marruecos para que antes de febrero de 1992 se celebrara el referéndum. Pero en 2015 no se ha celebrado todavía. A pesar de todo eso, «el derecho internacional es tozudo y ahí la razón, queramos o no, la tiene el pueblo saharaui», concluyó.