jmonroy@diariolatribuna.com
Toledo ya tiene su licor, una esencia del Corpus con sabor a tomillo. Ayer se presentó en sociedad en el cigarral del Ángel Custodio el licor Corpus.
Se trata de un licor de hierbas cuya única hierba es el tomillo, que se macera en las semanas previas a la fiesta toledana. Es de color amarillo y reflejos dorados. Es limpio y brillante. En nariz, saluda un envolvente y armonioso aroma de tomillo. Sabroso en boca, de entrada dulce y equilibrada entre el aguardiente de orujo y el botánico, suavemente destacado. El final, redondo, balsámico y aromático, le aporta persistencia y franqueza. Corpus es un licor pensado para tomarlo en la sobremesa, tras cualquier comida toledana. Todo ello viene servido en una botella que evoca la figura de la torre única de la Catedral Primada.
Una colaboración. Explica su creador, Ricardo Sánchez Butragueño, que en realidad ya llevaba un tiempo desarrollando este licor de hierbas de forma más o menos casera este licor, siguiendo una receta familiar. Ahora ha decidido ponerlo a la venta gracias a la colaboración con las destilerías López-Caro, de Yepes, que también está trabajando en el licor de Mazapán, el licor de cerveza o la ginebra toledana 1085. Se trata de una empresa de tercera generación, que se ha volcado en este nuevo proyecto.
El licor Corpus quiere ser un pequeño homenaje al Corpus y a Toledo. «Desde muy pequeño, yo tengo la asociación del aroma a tomillo, el Corpus y Toledo, y pensamos que qué mejor forma de tener este recuerdo todo el año, que hacerlo en forma de licor. Y de allí surgió la idea», explica Sánchez Butragueño, quien invita a todos los toledanos a probarlo, «porque parece que estás tomando un sorbo de Corpus».
De momento, sólo se ha lanzado una edición limitada y artesanal de Corpus de apenas mil botellas. Se está comercializando en Toledo, aunque la idea de sus creadores es poco a poco ir extendiendo la venta a otros lugares de la geografía nacional. «Vamos a ver cómo va funcionando, porque nuestra idea es que se convierta un poco en el icono de la ciudad, como el resoli de Cuenca, o el licor de bellota de Extremadura», explica Sánchez Butragueño.