Hasta ahora es solo una promesa de cara a las Elecciones Generales del próximo 20 de diciembre. Si el Partido Socialista de Pedro Sánchez alcanza La Moncloa la asignatura de Religión quedará excluida del horario lectivo de los colegios públicos, concertados y privados. Esta propuesta es una de las líneas por las que avanzará el PSOE con el fin de alcanzar un Estado laico, lo que además conlleva la denuncia del Concordato que España mantiene con el Vaticano y que cuenta con rango de acuerdo internacional. Sobre lo que no se han pronunciado en la madrileña calle Ferraz es sobre el futuro de los acuerdos firmados por el Gobierno en 1992 -Felipe González era presidente de España- con otras tres confesiones religiosas, como son musulmanes, judíos y evangélicos, en las mismas condiciones que los rubricados con la Iglesia Católica.
Si la Religión se excluye de los centros educativos, de todos, incluso de los privados católicos, unos 350 profesores de la provincia verían su futuro con más sombras que luces. El delegado diocesano de Educación del Arzobispado de Toledo, Emilio Tacero, comentaba a La Tribuna que de los 350 docentes que imparten la asignatura de Religión en los centros públicos, concertados y privados, medio centenar son sacerdotes y el resto, unos 300, seglares con formación en Magisterio y la especialidad en Religión.
«Cualquier dirigente político de un Estado democrático debería conocer la carta de los derechos humanos en la que se recogen derechos personalísimos que han de ser garantizados», indicaba el sacerdote y coordinador del área de Educación de la Diócesis antes de acudir al artículo 18 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos promulgada en 1948 por la Asamblea General de las Naciones Unidas, en el que se hace referencia a estos dos conceptos: educación y religión; o a los artículos 16 y 27 de la Constitución Española.
En este sentido, Tacero se mostró crítico con el borrador del programa electoral que la Comisión Permanente de la Ejecutiva socialistas revisaba hace unos días en Madrid. «En la misma Constitución se apela a que los poderes públicos garantizarán el derecho que asiste a los padres para que sus hijos sean educados según sus propias convicciones morales y religiosas», señalaba el delegado de Educación en la Diócesis, además de recordar que la Carta Magna refleja como los poderes públicos «tendrán en cuenta las creencias religiosas de la sociedad española y mantendrán las consiguientes relaciones de cooperación con la Iglesia católica y las demás confesiones».
Tacero ha encontrado respuesta a las preguntas de este diario en leyes y documentos, sin generar debate en torno al planteamiento de Estado laico anunciado por el PSOE de Sánchez. Entre esos documentos el delegado diocesano de Educación recurrió al que los obispos españoles publicaron en 1979 sobre la enseñanza religiosa escolar en el que sentaban las bases sobre el carácter y la legitimidad de esta asignatura que como explicaba «contribuye a dar respuesta a la pregunta sobre el sentido de la vida y a las grandes preguntas que todo ser humano se plantee a lo largo de su vida».
Asimismo, en ese documento de la Conferencia Episcopal Española en el que se abordan las orientaciones pastorales sobre la enseñanza religiosa escolar, la Iglesia considera que esta asignatura que en Toledo imparten unos 350 docentes «ayuda a los alumnos a recoger los valores de la cultura e intentar mejorarla comprometiéndose a construir un mundo mejor».
La Iglesia en la historia. De otro lado, Tacero recordó cómo la Iglesia, y en definitiva la religión católica, ha contribuido con su doctrina al desarrollo de la sociedad, por lo que su inclusión en el horario lectivo de los centros escolares, dijo, no es contraproducente. «La cultura española está fundamentada en la cultura greco-romana y en el Evangelio, no podríamos entendernos sin las grandes aportaciones de la Iglesia católica», señalaba para zanjar este sí o no a la Religión en las aulas con la recomendación del libro de Thomas E. Woods ‘Cómo la Iglesia construyó la civilización occidental’.