Sinopsis oficial
Candela cometió el error de pensar que el ascensor social solo funciona en una dirección, la de subida. Y ahora, tras un traumático e inesperado divorcio, pierde su trabajo en un colegio de élite. Por eso Candela tiene que volver al barrio del que salió y pedir ayuda a su hermana y su padre, esos a los que lleva años mirando por encima del hombro. Es hora de recolocar las piezas en el tablero, empezar de cero y buscar una segunda oportunidad. Pero la única que encuentra es dar clases en su antiguo instituto a estudiantes con problemas de integración. Pasa de la crème de la crème, a la crème de la mediocridad. Lo que Candela no se espera es que con ellos aprenderá que lo importante no es quién fuiste ayer, sino quién eres hoy; que un grupo de perdedores por los que nadie da un duro pueden acabar siendo campeones de España; y que, en el ajedrez, como en la vida, no importa si eres rey o peón, porque al final de la partida, ambos acaban en la misma caja.
La crítica -
Por Juana Samanes
Desde que en el año 1967 el actor Sidney Poitier, en Rebelión en las aulas, demostrará cómo un buen profesor puede motivar y sacar adelante a alumnos conflictivos, de familias desestructuradas o simplemente muy humildes, muchas han sido las películas que han repetido la fórmula, en el caso de Francia, lo hemos mencionado en otras ocasiones, casi han hecho un subgénero de ello por la gran cantidad de títulos que, desde hace unos años, llegan a la cartelera. Pues bien, ahora le toca a nuestro país con Menudas piezas. En ella Candela, tras un inesperado divorcio y perder su puesto de trabajo como profesora en un colegio de élite, tiene que volver al barrio donde se crió y donde tendrá que pedir ayuda de su hermana y su padre, de los que estaba distanciada desde hace años, para afrontar el reto de trabajar con alumnos con problemas de integración y falta de interés.
Fue un hecho real, que leyó el director Nacho G.Velilla, el que se convirtió en el germen de este film. En concreto la noticia de que, en el año 2018, Enrique Sánchez (Donen), un profesor de Educación Física jubilado, apasionado del ajedrez, consiguió una hazaña impensable: convertir a cinco alumnos de un colegio humilde, de un barrio obrero de Zaragoza, en campeones de España de ajedrez, derrotando a otros 38 centros, públicos y privados, a pesar de sus escasos recursos.
A partir de aquí, cambió el personaje principal y lo transformó en una profesora "pija", realmente vocacional, que va buscando fórmulas para interesar a sus alumnos y las encuentra enseñándoles a jugar al ajedrez, donde todo el mundo es igual. No obstante, Velilla, lo tiene claro, ésta no es una película sobre ese juego de estrategia sino que " El eje principal es una historia de superación, una historia sobre unos personajes marginales que, en el marco de ese tablero de sesenta y cuatro escaques, luchan contra el destino que la sociedad les ha asignado y consiguen una hazaña extraordinaria"
Precisamente, la excelente actriz zaragozana Alexandra Jiménez encabeza el reparto de este filme, bien arropada de actores veteranos como María Adánez, Miguel Rellán o Luis Callejo, pero la secundan bien un grupo de jóvenes actores que debutan en este largometraje: Rocío Velayos, Pablo Louazel, Verónica Senra, Kiko Bena y Tuoxin Qiu.
Aunque la película contiene tópicos sobre los niños de colegios de élite que, al parecer, no solo son maleducados sino tienen mal corazón, Menudas piezas resulta entretenida, algo lógico si tenemos en cuenta que en ese campo de "cine de palomitas" siempre se ha movido muy bien el director, Nacho G. Velilla, popular por film como Que se mueran los feos o Perdiendo el Norte.
Se agradece que la película, suponemos que sin pretenderlo, apueste por la vida, desde el momento que una de las alumnas más descaradas decide seguir con su embarazo.